martes, 2 de diciembre de 2008

viernes, 10 de octubre de 2008

es lo que te digo, siempre le pasa lo mismo. sube, sube , sube; y sigue subiendo, hasta que sube se convierte en nube, y nube se convierte en nave, y nave se convierte en nada. después, cuando vuelve me dice con los ojos cerrados:
y yo le hago caso; y nos ponemos vestidos al tono para salir por la vereda a olfatear los jazmines.

lunes, 22 de septiembre de 2008


Allá
-en la ventana-
hay un remolino blanco
-la cortina-
que baila o se despereza
-por el viento-
y hace que las horas se pasen
-como las uvas-




(cocinado por Amapola, al volante, y Polonia, de copiloto)

martes, 17 de julio de 2007

asomar el hocico

Hay dos puertas.
Ahora no hay nadie allá, culpa de los ruidos que atormentan de noche en las casas grandes.
Pero igual, el que quiere se anima. El que se arriesga de verdad es el que se asoma de cuerpo entero, porque la nariz sola no basta.
Chipote es el más animado.
También el más narigón de los perros, y por algo debe ser.
Eladio es tímido.
NO. No tímido. Miedoso es, el pobre.
La nariz chiquitita, siempre muy fría y mojada. Nariz de pasa de uva refrigerada. Pobre Eladio, al final siempre se hace pis.
Ruth es perra de raza pura, caniche toy. Es la más ladrona, en los dos sentidos de la palabra. Y aunque tenga miedo, se asoma toda entera para que se le ericen los rulos, para verse más bonita.
Los tres perros son un equipo, un trío, encargado de la vigilancia de la puerta de adelante.
Pero a esta hora de la noche que empiezan a sonar los ruidos raros, es una historia aparte.
No hay nadie allá.
Así que estos perros se lamen las patas en la cocina, y mientras, las orejas se les mueven solas, escuchando.
De pronto les sube el coraje, y se asoman a ver.
Pero los perros son cortos de vista, se sabe, así que de mucho no sirve.

sábado, 7 de julio de 2007

(con permiso cronopio, saqué su frase de otro lugar y salió algo decorativo, continue o elimínelo, yo la quiero de todas formas)

miércoles, 4 de julio de 2007

lunes, 25 de junio de 2007

una familia se muda


No lo sabían antes.
Ni lo sospechaban.

El papá dijo: he comprado una casa.
La mamá dijo: espléndido!
El hijo dijo: vamos a verla!

Cuando el papá repartió las patas de rana, no lo supieron.
Cuando se vieron llegando a la playa, a la luz de la luna, no lo supieron.
Cuando se fueron sumergiendo, y se abrieron paso entre los cardúmenes, no lo supieron. Pero algo sospecharon.
Cuando vieron, detrás de las burbujas, una hermosísima casa colonial rodeada de musgo, lo sospecharon definitivamente.

Luego vino la mudanza, con submarino y todo.
Y entonces lo supieron.



martes, 19 de junio de 2007

Sueño

El escenario era el cuarto de ella, y el público estaba sentado en la cama marinera.
La escena uno:
se cepillaban los dientes con manteca de cacao.
Entreacto:
arcadas en el baño.
La escena dos:
ella entra con un cepillo de enrular, y, cantando el himno de la alegría, al ritmo, se cepilla a ella y a los otros actores.
Final:
el público ríe, pero no tanto.
Conclusión:
la idea no estuvo tan buena.

lunes, 4 de junio de 2007

No importa cuán largas-bellas le fueron otorgadas sus pestañas.
Ella está triste porque había pedido un bigote.

Vicio


A veces los pájaros se ponen quisquillosos, y les da por tomar soda.
Cuando no lo agarran al sodero de sorpresa, cruzando la plaza, se posan sobre las mesas de los bares y se toman la sodita del café.
Es ese nosequé de las burbujas lo que los hace delinquir.
Después no pueden disimular, aunque lo intenten, porque en el silencio de las tardes plumíferas, se les escapan los erutos.